Joseba es Castañero y por ello debe acudir después del verano al bosque para recoger castañas.

La primera vez que fue al bosque no tenía mucha experiencia y no sabía exactamente cómo recoger los frutos de los castaños. El castañero rebuscaba y rebuscaba pero, al cabo del día, sólo había recogido tres castañas.

Estaba tan cansado después de tanto buscar que se apoyó en un árbol y pensó: “Ya es de noche y estoy sólo en el bosque, no puedo volver a casa sin castañas”.

En ese momento escuchó un grito:

¡Oye oye, que me estás pisando!

Era una vocecita aguda

¡Estoy aquí abajo!

La voz venía del suelo.

Y, efectivamente, cuál fue su sorpresa cuando, al mirar al suelo, Joseba vio un enanito vestido de verde, con un gorro verde, subido a su bota. El castañero no se lo podía creer y se quedó sin palabras. Entonces el enanito siguió hablando:

Hola, soy Fermín, el enanito del bosque de los castaños.

¡Si eres el enanito del bosque -dijo Joseba- sabrás dónde hay castañas!

y…

No sólo le indicó donde estaban las más sabrosas castañas, sino que también le regaló a Bartolo, el paraguas volador, que siempre lo llevaría a los mejores lugares del bosque para recoger castañas y encontrar fácilmente a su nuevo amigo, el enanito Fermín.

Desde entonces, siempre que llega el otoño, el enanito, Bartolo y Joseba viven infinidad de aventuras.